Durante nuestras vidas, olvidamos todo tipo de cosas, como nombres, lugares, momentos o incluso motivos. Pero eso no es un olvido real, ya que si indagamos un poco en nuestras mentes, volvemos a recordar todo aquello. Entonces no podemos realmente hablar de ello como un olvido en sí, pues más bien, es un traspapelamiento de archivos en nuestras cabezas.
Entonces... ¿Cuándo estamos hablando de ese Olvido, en mayúsculas, que tanto teme el ser humano por igual?
Pues bien. Imagínense dentro de mucho tiempo, con unos 75 años tras una larga vida de duro trabajo y éxito. Has sacrificado mucho tiempo, pero por fin estás ahí, en la mecedora del jardín de tu casa, viendo a tus nietos jugando en la piscina. Pero tu cara no es de felicidad, si no de extrañeza. Porque tienes alzheimer, y estás empezando a olvidar por completo aquello cuanto viviste. La cara de tu hijo ahora se ve borrosa, y todos tus sacrificios para llegar hasta donde estás, dejan de tener sentido, pues ahora luchas por recordar que tienes que ir al baño. Pero por suerte, eso no es tan doloroso. Pues eres tu quien ha olvidado todo aquello, y por tanto, no puedes sentir verdadero pesar por ello. En cambio tus hijos, tus nietos, y todos los que te rodean, han perdido una pequeña parte de sus corazones. Pues como si de un tajazo con un afilado cuchillo sobre una hoja de papel fuera, han perdido un poco de la razón de su existencia.
Y es que en ultima instancia, es así, desde nuestro nacimiento buscamos vivir para ser recordados, para que tras nuestra muerte, alguien supiera que un día tu exististe, estuviste ahí y significaste algo para el universo, por minúsculo que fuera. Entonces si la necesidad de ser recordados es algo tan primario que pasamos por alto siempre, imagínense lo espeluznante que sería desaparecer de este mundo sin dejar una sola huella de tu presencia.
Quitarle a alguien el sentido a toda una vida... Es peor incluso que quitarle la vida misma. Y por tanto, el olvido, es la condena más terrible de todas. Y que ni la peor de las personas se merece.
Recuerden no olvidar.