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Se que hay un lugar con espaldas sin nada marcado. Donde se reza por el vecino. Donde la igualdad tiene su iglesia. Donde la verdad es religión. Donde la honestidad es doctrina. Donde sueñas antes de nacer. Donde vuelves, porque nunca naciste.
Se que hay un lugar donde no tengo porque ser yo por serlo sin quererlo, en fuegos que consumen medidas, en hogueras que solo dan luz. Donde sin respirar, duermes caliente.
Se que hay un lugar donde las almas hacen corros alrededor de la misma ilusion. Donde la ilusión es una niña bonita en brazos de un único dios. Donde el viento lo puedes ver, donde la eternidad, tiene rostro.
Se que hay un lugar...
Donde estoy sentado al sol esperándome comiendo pipas, haciendo montones de cascaras, resecos ya los labios. Sonriendo. Solo para decirme a mi mismo:
- ¿Por qué has tardado tanto, grandullón?
- ¿Por qué? ¿Por qué dices? Porque estaba dando vueltas de peonza, desgastada la punta de mis latires en una celda sin cerrojo ni rejas ni carcelero. Sin sentencia. Porque estaba perdido a la deriva en un mar en cólera seco de líquido. Seco de corales, de peces de colores en las mareas agrestes de mis pasos haciendo equilibrios en los desiertos de mi bosque encantado.
Aún no he llegado. Es mi sombra lo que ves. Yo aún tardaré un rato largo en llegar. Si los tropiezos que yo mismo invento, no logran de nuevo frenar mi ascenso.
Así que guardame unas pipas, que llegaré con sed. Y no se le niegan pipas a un sediento.
-Hovik
Resiliente