La historia del rey pato

martes, 20 de marzo de 2018

Dancing Demons.

Hay veces que los demonios de tu corazón se unen. Y juntos, en una sádica danza llena de ira, miedo, odio y del más punzante dolor, destrozan tu ya maltrecha alma hasta que quede irreconocible. 


Pero al final da igual, no viven en el mundo físico. Dentro de la mente puedes hacer todo lo que quieras porque no es real. Y así pues, ellos tampoco lo son. Pero oh... amigos, os olvidais de una cosa muy importante. El dolor tampoco es real. Meros impulsos eléctricos mandados por tu red neuronal con fines útiles tales como alejarte del peligro o pedirte ayuda. Y aún así la sensación que provoca es terriblemente real. 

Estos demonios, amigo, son increíbles maestros de la tortura. Nacidos en tu propia mente para acabar lentamente con ella misma, como parásitos que se apoderan de su huésped hasta consumirlo por completo. Y tú, tú querido amigo, no podrás hacer nada por evitarlo. Porque por más que insistas no se puede huir de uno mismo.

Tú eres ellos y ellos son tú mismo. Tú eres tus demonios pues tú los creaste, pero ellos son y serán los dueños de tu vida desde el momento de su nacimiento. Podrás creer que tienes el control, podrás ignorar su existencia, podrás creer que eres más que ellos. Pero cuando te relajes, cuando te creas vencedor, volverán. Porque nunca se han ido, porque nunca ganaste, y nunca lo harás.

Hay veces que ya no puedes más. Te rindes ante ellos. Y yo debería estar escribiendo esto para decirte que no lo hagas y que hay una salida. Pero amigo lector, yo también he perdido esta guerra. Yo también he caído derrotado ante mis demonios. Y no, no conozco la salida por más que haya buscado.


Porque cuando creas que eres libre ahí estarán. Para recordarte una vez más, que tú eres ellos. Y juntos bailareis esa sádica danza de dolor una vez más.


Imagen relacionada
imagen de: goodoleboy