La historia del rey pato

viernes, 24 de mayo de 2013

Ante las fauces del lobo (Un agradable día.) (13)

A primera hora de la mañana el grupo salió de su escondite y se preparó para partir al pueblo que según las indicaciones de Jhon estaba al otro lado de las colinas. La inseguridad y el miedo se reflejaba en el las caras de todos. Pero necesitaban hacerlo. Necesitaban encontrar una solución para al menos, prevalecer tras toda esta locura.

El viaje hasta el pequeño pueblo no fue excesivamente largo. Pero sí muy aburrido. Todo era yermo, no había rastro de vida y mucho menos de que pudiera haber un pueblo cerca. No obstante, no había otra opción; así que solo quedaba seguir caminando. Horas después, llegaron a la cima de aquellas colinas que ese Ser o lo que fuera les indicó. Al otro lado, podía verse un paisaje totalmente distinto. Se trataba de un verde valle, con un riachuelo, un molino de agua junto a una gran cabaña y un montón de pequeñas casas desperdigadas a lo largo del curso del río. ya que aún era temprano, hicieron una pequeña parada para descansar y comer algo antes de bajar al valle.

-Tuviste suerte, granuja. -le dijo Kësler a Jhon esbozando una sonrisa.- ¿Será este el pueblo del que hablas?

-Tiene que serlo, no cabe duda. Allí deberíamos encontrar a ese tal Nar. -señalando Jhon a la cabaña principal con el dedo indice- venga, no perdamos el tiempo.

-Espero que este viajecito haya merecido la pena. Me arden los pies... -se quejó Nhix

-No te arderían si no te hubieras puesto como una loca persiguiendo a ese conejo por el camino. Y al final ni lo cazaste. No me puedo entiendo como llegaste a conseguir el premio a la mejor cazadora en el campeonato juvenil. -le reprochó Kësler

-Deja ya de burlarte de mi... ese maldito conejo tuvo suerte. Otro día cualquiera lo hubiera cazado de una sola flecha y sin mirar. -se defendió la joven Albhed.- ¡Dios mío, por favor quiero llegar ya! Necesito una ducha...

-Sí, bueno. No te quejes tanto, esto es mucho mejor que aquel jodido agujero... Al menos nos da el sol. Allí solo era suciedad y fría roca. -le cortó Fred mientras comía su trozo de su pastel de carne

-Lo que faltaba. Ahora hasta los niños se ríen de mí. ¿Ves lo que se consigue cuando dejas que los humanos cojan confianza, hermanito?

-Come y calla. O vendrá el conejo que no has podido atrapar a robarte la comida también. -le espetó con un aparente tono firme su hermano mayor

-¿Pero qué? ¡Deja de estar de su parte! y tú, ¡Te he visto! ¡Devuélveme mis manzanas! -gritó Nhix mientras se transformaba en lobo y perseguía a Jhon ya transformado y con e macuto de manzanas de Nhix entre los dientes

-No puede ser... -comentó entre risas Kate a Kësler que lo tenía a su lado- Inmaduros...

-Déjales, nunca viene mal desconectar un poco de todo. Que disfruten de este agradable día. -le respondió Kësler mientras le daba un mordisco al trozo de pastel de carne de Nhix.- ¿Un poco?

-No, gracias. No tengo ganas de huir por el bosque con esa fiera persiguiéndome por haberle dado un mordisco a su pastel de carne robado. Pero si me voy a practicar unos tiros con Fred, ¿Te vienes?

-Sí, ¿por qué no? Intenta no abusar mucho, maese Kate. -dijo Kësler con tono burlón mientras se levantaba y dejaba los restos del pastel de carne en el sitio.

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