La luz recorre el vacío universo a
una velocidad exacta de 299.792.458 m/s. La distancia desde nuestro sol
al centro de la galaxia es de 27.000 años luz aproximadamente. Hemos
descubierto la escritura hace menos de 5.000 años. Esto quiere decir que
antes de que el ser humano montase por primera vez algo parecido a una
civilización, nuestra galaxia pudo haber muerto. Y nosotros,
actualmente, seguiríamos sin enterarnos. Porque aquellos puntos
luminosos que vemos en el cielo nocturno, son simplemente la luz emitida
hace miles de años, por las estrellas que pudieron haberse desvanecido
ya.

Esta foto fue tomada por la sonda espacial Voyager a una distancia de 6 billones de kilómetros de la tierra. A unas 5 horas y 33 minutos / luz.
Eso
somos nosotros. Eso, es nuestro hogar. Allí están quienes amamos,
quienes conocemos, de quienes hemos oido hablar y quienes jamás sabremos
de ellos. Ahí está la raza humana.
Cada
mujer y hombre, cada niño, cada sueño, cada sentimiento de dolor, de
alegría, de sufrimiento. De esperanza. Cada "superestrella", cada
humilde anciano, inventores y destructores, pensadores, artistas,
campesinos. Todos y cada uno de nosotros. La historia de nuestra especia
vive y vivió allí.
En una mota de polvo suspendida en un haz de luz.
Estamos perdidos en un solitario rincón del espacio. Y algunos de nosotros incluso llegamos a creernos importantes, de alguna forma, para el universo. Pero la verdad es que todos, en nuestro conjunto, somos verdaderamente insignificantes.
Exclamamos
hacia los cielos nuestros anhelos, nuestras alegrías y nuestras
penurias. Porque necesitamos que alguien nos escuche. Y cuando eso no
funciona, y nos sentimos huecos, vacíos, carentes de un sentido
trascendental que darle a nuestra existencia; es cuando miramos al cielo
nocturno, y por fin, lo entendemos.
Erramos
al perseguir la grandeza. La fama. Creemos que eso dará sentido a
nuestras fugaces vidas. Pero lo único que hace que tu existencia en este
universo, haya merecido la pena, es recorrer tu propio camino. Libre de
normas que acatar, de desconocidos a los que obedecer. Libre de ser uno
más entre la masa. Y en tu libertad, vivir millones de historias en tu
cabeza, provocar millones de sonrisas a tus seres queridos, y abrazar
cada momento de tu presente como si en ello te fuera la vida. Porque en
ello te irá.
Porque mañana, solo serás polvo enterrado en ese pequeñisimo punto perdido en la inmensidad del espacio.
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