No se que pensaste cuando te propusiste abandonarme, y emprendiste aquel viaje. Pero solo quiero que sepas, que siempre estuve allí. No como un obseso o un tarado que solo piensa en obtener su tesoro a cualquier precio. No, eso nunca. Mas bien vigilándote de que no te hicieran daño, cuidándote desde la distancia, queriéndote como un padre quiere a su hija y busca la felicidad para ella. Aunque ello signifique no volverla a ver. Así pues, observé como desaparecías en la niebla sin dejar huella alguna... Sin dejar un rastro a seguir; por si me afano en tu búsqueda algún día sea porque me haya enterado de que necesitabas ayuda y te encontrabas sola, o simplemente porque necesite tu calor para paliar en cierta medida esta vieja obsesión
Por último, no se que decirte, mas que "lo has conseguido". Ya no te busco y son pocas las ocasiones en las que te pienso. Pero créeme, nunca he querido esto, y no me siento bien así. Pero como he dicho antes, ahora solamente deseo tu felicidad y que consigas hacer florecer las mentes de otros, dando a luz las mejores ideas y los más bellos poemas. No obstante, sigo queriendo que vuelvas, que te acurruques a mi lado y vuelvas a hacer funcionar este cuerpo y este cerebro oxidado.
Querida inspiración.
Querida inspiración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario