Estoy cansado de mi mismo. De mi actitud, de mi estúpido corazón, de todo.
Lo mejor de todo, es que aún así; sigo sin querer cambiar siquiera.
Y es que me da igual, no me rendiré. Lucharé hasta el final y seguiré hacia adelante. Batallando día y noche, con lagrimas en los ojos. Con terribles heridas en forma de recuerdos que me destruyen lentamente pero que a la vez me dan motivos y razones para seguir adelante, contra viento y marea.
Hermanos, esta puede que sea la guerra más dura. La más sangrienta; en la que dos bandos luchan por un propósito por imposible que sea. En la que todo vale, y la única cuyo nombre es el antónimo de si misma. Pero eso no sera motivo de retirada. Si he emprendido este viaje, es para llegar hasta el final. haga lo que haga falta.
Ya no se si es orgullo o si realmente es amor verdadero. Lo único que sé; es que da igual lo estúpido que sea seguir con la causa. Esta es mi lucha y haré lo que esté en mis manos para vencer.