La historia del rey pato

sábado, 9 de junio de 2012

Locura justificada.

Mucha gente... que digo de mucha, muchísima gente siente la necesidad de sentirse parte de un grupo, seguir unas modas, ser lo que se puede considerar normal dentro de una sociedad... Aunque eso de normal, chirría mucho ¿No creéis? Nunca entenderé porque al mundo le gusta tanta monotonía, cuando lo bello está en la variedad. Yo nunca quise ser igual al resto; siempre busqué diferenciarme, escaparme de lo común. Y con esto no quiero decir querer convertirme en algo raro. Más bien diferente. Tal deseo, hace que me sienta libre.
Y puede que me toméis por loco por lo que digo y hago; es cierto que lo soy. Pero esa locura, está claramente justificada.

No se cuando ni cómo empezó. Pero tampoco me preocupa saberlo. Soy así debido a los acontecimientos del pasado que me han hecho tal como me veis. Y sinceramente, me siento orgulloso de ello. Indagando un poco en mi mente, con el paso del tiempo, me he ido dando cuenta de que un 75% de esta locura se debe a la importancia que le doy a las cosas. Querer algo con tanta fuerza que te lleve al punto de volverte majara... Es curioso, pero da la casualidad que en ocasiones resulta incluso divertido. Irónico, ¿verdad? Todo está lleno de ironía. No hay nada que se escape de la pragmática. Incluso esta ultima frase resultó irónica.
Hay muchos tipos de locura en las personas. Yo considero que alguna de estas clases de locura son casi hasta beneficiosas para uno mismo. Pero ese no creo que sea mi caso.

El otro 25% de mi locura tiene ojos, nariz y labios. Dulces labios, por cierto. Lástima que puede que nunca los vuelva a besar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario