La historia del rey pato

martes, 31 de diciembre de 2013

Sueños de año nuevo.

31 de Diciembre de 2025.

30 añazos. Un trabajo agotador con unos compañeros un poco cabrones; un dolor de espalda tremendo desde que la pequeña Auri tiró el árbol de navidad mientras perseguía al Husky por el jardín de casa (ese maldito perro es un terremoto); una esposa la cual este año le toca cocinar la cena de noche vieja, por lo que estoy muerto de miedo... y unos encantadores vecinos, los Singer, que se mudaron aquí, a Toronto, desde Kansas, y cenarán con nosotros un año más.

Realmente, no ha habido muchos cambios del 2024 al 2025 salvo la adopción de Kai y el nacimiento de Auri. Y no creo que los haya este 2026, la verdad. Es cierto que en mi juventud, ha habido infinidad de cambios inesperados y gracias a ellos quizá, las cosas han mejorado mucho. Sobre todo desde que mi mujer y yo, cuando apenas éramos unos jóvenes insensatos y temerarios, decidimos tras acabar nuestros estudios en el 2019, irnos a probar suerte a Canadá cuando la economía empezó a mejorar a nivel mundial, y todo empezó a subir a flote.

Pero ahora no se, todo parece más... completo. Es cierto que tengo muchos pequeños deseos para 2026 como ver a ese viejo amigo mio que estudiaba no se que de laboratorio allá por el 2013-2014, como consigue un puesto en el consejo mundial de China. O volver a ver a los demás del antiguo grupo. No se que habrá sido de ellos, la verdad... Es una lástima que no haya ocurrido con ellos lo mismo que con Judith y Andrés que aunque estén por la nueva ciudad de New York, nos vemos todos los meses.

Pero aún con esos deseos en mi cabeza, me alegra no tener que pedir milagros para el año que espera, pues por fin, me siento bien, a gusto con lo que tengo. Y saber eso, saber que a pesar de que los años quizá se me estén viniendo encima demasiado pronto, no tenga nada de lo que quejarme, hace que me sienta completo. Feliz.

Pues por fin estoy viviendo, aquel hermoso sueño.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Verdaderos monstruos

A la gente le gusta inventarse monstruos y monstruosidades. Entonces se parecen menos monstruosos a sí mismos. Cuando beben como una esponja, engañan, roban, le dan de palos a su mujer, matan de hambre a su vieja abuelilla, o acribillan a balazos al último animal de una rara especie, les gusta pensar que sin embargo son todavía más monstruosos el wendigo, las lamias, los licántropos, vampiros, espectros o el hombre del saco del que les advertia sus madres si no se dormían temprano. Entonces, como que se les quita un peso de encima. Y les resulta más fácil vivir. Les resulta más fácil porque piensan que ellos no son los malos, que hay cosas oscuras ahí fuera. Y así olvidan que el único mal verdadero en todo este mundo, son ellos mismos.

viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Existen las segundas oportunidades?

Todo el mundo intenta vivir al máximo su vida, e intenta tomar las mejores decisiones posibles... Pero cuando se trata del amor,ya lo jodimos todo. ¿Quién sabe que es lo mejor para eso? El amor te pone a prueba día a día, y muchas veces no sabes de que pie cojea... ¿No os ha pasado nunca que os tropezáis siempre con la misma piedra?
Eso es lo que me pasa a mi. Le he cogido tanto cariñoa la puñetera piedra, que me encanta tropezar con ella. El problema es que es tirarse a una piscina vacía. Sabes que te vas a hacer daño, pero aun así, te tiras. Y es que señores, señoras, señoritos y señoritas, contra eso no hay ningún medicamento. Hasta que no te deshagas de la piedra, vas a seguir tropezando,por mucho que no quieras. Es tu debilidad. Y lo sabes.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Un fueguecillo moribundo.

- De todas las llamas de este mundo; algunas eran bien altas y fulgurantes. Se hacian notar bastante, la verdad. Brillaban con una intensa luz y gran claridad.
Otras por su parte, eran pequeñas, vacilantes y temblorosas; su luz se oscurecia y amortiguaba de vez en cuando, pero se mantenian... relativamente constantes. Quiero decir que eran lo suficientemente vivas como para no perderse en la oscuridad, pero lo suficientemente debiles para no destacar entre las demás.
Y por úlimo, en un oscuro rincon en medio de ninguna parte, y completamente alejado de los demás fuegos, pude ver aquella tenue luz. Se trataba de una llamita pequeña y tan débil que apenas ardía, apenas se removía, ora brillando con gran esfuerzo, ora casi, casi apagándose del todo...


- ¿Y de quien es ese fuegecillo moribundo? - preguntó el joven.

- Ese fueguecillo, viejo amigo... Eres tú. - respondió la Muerte.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Jodidamente aterrador

Es deprimente, la verdad. Pero sobre todo... Sobre todo, aterrador.

Como cada día, cada minuto que pasa siento como mi alma se apaga, como todo a mi alrededor se vuelve gris y como los buenos momentos se hacen cada vez más infinitísimamente pequeños.
Y es que poco a poco, siento como esa mochila, esa carga en mi espalda va creciendo, y creciendo sin parar. Hasta el punto de que ahora está aquí, en forma de horripilante engendro nacido de mi alma putrefacta y subido en mi hombro, riendose de lo penoso que soy mientras me susurra con esa detestable voz silbina todos y cada uno de mis mil millones de fallos. 
Y podeis creerme cuando os digo que hago todo lo que puedo para ignorarlo, para quitarmelo de encima, tirarlo a la basura y gritarle con todas mis fuerzas "¡VETE DE AQUÍ!". No obstante, espero que entendais que no es ni mucho menos facil. Pues ya lo he intentado. Mil y una veces, ¡Joder si lo he intentado! Y aún así, ahí sigue; arrebatandome la imaginación, las buenas expectativas, las ganas de luchar, las ganas de sonreir... Y es que ya solo es cuestion de tiempo que acabe por despojarme de lo poco que aún me mantiene en pie; Y es que una vez lo consiga, el juego se terminará, el se llevará la copa, y tendrá un verdadero motivo por el cual reir a carcajadas. Pues yo habré acabado como una de esas marionetas humanas, sentado en una silla de ruedas con los ojos desorbitados mirando a otro mundo mientras se les cae la baba y se mean en los pantalones.

En fin, ahora solo espero que las cosas cambien por una vez para bien. Que un milagro haga que toda esta mierda se acabe y disipe la sombra que ahora me rodea. Solo espero no volver a tener que pasarme noches en vela para autoconvecerme de que hay esperanza. De que pronto se acabará todo. De que tengo que ser fuerte; al menos un poco más. Aunque ya sea inutil. Pues se me han acabado las energías, y ya no puedo hacer otra cosa que dejarme llevar por la corriente con la fe en que un golpe de suerte me lleve a una playa bañada por un cálido sol para ahí, yacer en paz.
Y eso, amigos. Eso es lo más triste. Pero sobre todo...
Jodidamente aterrador.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Menos excusas y más cojones, joder.

Cada día estoy más convencido de una cosa. Y es que definitivamente el ser humano es el ser más incoherente, estúpido y autodestructivo de todos.
Ojo, no me refiero a que consumamos drogas, nos matemos los unos a los otros por gilipolleces ni nada por el estilo. Eso me trae sin cuidado; si quieren acabar con sus propias vidas allá ellos. Como dice mi padre "quien a su gusto corre nunca cansa". Y que seamos incapaces de vivir nuestras vidas sin hundir la de los demás bueno, también me toca la moral, pero no van por ahí los tiros.
Hoy quiero centrarme en el lado opuesto, en la otra cara de la moneda, en la inmensa minoría, en los posibles salvadores de nuestra existencia.

Amigos, sin rodeos. Sobran héroes y faltan personas con dos dedos de frente; me refiero a personas con los suficientes cojones para seguir y apoyar a esos héroes que ya existen.
Y es que, ¿de que sirve que existan personas dispuestas a arruinar sus vidas, a dejarlo todo, para salvar a siete mil millones de completos desconocidos si cuando se enfrentan ante las astas del toro no tienen el más mínimo apoyo de sus beneficiarios? Os pondré un ejemplo para que lo entendáis de una puñetera vez.

Imaginaos el mundo actual. Cada uno con sus vida, aguantando la crisis, quejándose un día tras otro de lo desgraciada que es su existencia y de lo corrupto que está el gobierno. Imaginaos que una persona, tu misma, tienes una idea brillante. Una nueva teoría socio-económica con la que podrías acabar con la pobreza y el hambre para siempre. La desarrollas, encuentras todo tipo de información en la que apoyarte y validar tu teoría que cambiará el mundo para siempre. Pero ¿que pasa? pues que necesitas el apoyo de la gente para llevarla a cabo necesitas que el mundo sea consciente de ello y que te ayude. Tu te juegas la vida sacando a la luz por todos los medios de comunicación posibles algo que lo cambiará todo. Las grandes multinacionales harán todo por detenerte y ¿sabes que? lo conseguirán. ¿por que? porque esas siete mil millones de personas que han visto que te estás jugando la vida por ellas no harán una mierda por ti. Seguirán con sus penosas vidas, porque es así como saben vivir. No se tienen huevos a cambiar, a levantar la voz y decir ¡JODER TIENES RAZÓN, VAMOS A CAMBIAR LAS COSAS! No lo hacen porque esas personas son humanos y los humanos son, a parte de estúpidos, cobardes y egoístas. Esas siete mil personas no te darán las gracias por lo que haces por ellas porque lo quieren todo hecho. Te equivocas si piensas que levantarán su culo del sofá para apoyarte. Por muy beneficiados que salgan a la larga.

¿Y que quiero hacer ver con todo esto? Que ya es hora de que la gente se entere de una vez que no necesitamos héroes que nos salve de nuestra penosa situación. Héroes ya hay de sobra. Lo que necesitamos es hacer caso a los que siguen ahí dejándose el alma por nosotros y apoyarles. Todos. Porque si no, amigos... Lo lleváis claro si creéis que algún día los peces gordos van a dejar de aplastarnos como insectos.
Así que dejaos de tonterías, de mirar a otro lado mientras otros reciben palos por vosotros y pelead por lo que queréis. Idiotas.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Aprovechemos nuestro tiempo.

Hoy aquí donde me veis, tengo 18 años. Estoy en la universidad y soy un amasijo de sueños por cumplir. Hoy aquí donde me veis, me siento joven a pesar de que quizá, haya pasado por demasiados momentos que bueno, sencillamente preferirá no haber vivido. Pero sobre todo, hoy aquí donde me veis, vengo a contaros algo que podréis tomar en serio, o ignorar. Pero no por ello dejará de ser de suma importancia.

A todos mis lectores, que por lo general, o eso creo, están en esa bonita etapa entre los 16 y 25 años, en la flor de la vida. Esa etapa donde somos egoístas (aunque lo neguemos), donde nuestras preocupaciones están sólidamente arraigadas y solemos apuntar quizá demasiado alto (yo el que más) y no obstante, no nos importa. Tenemos mucha ambición y vemos muy lejanos los compromisos de la edad madura. Y que decir de la vejez, algo ya más allá del horizonte... Son estos años donde nos solemos sentir eternamente poderosos y optimistas. Donde solo hacen falta unos auriculares para hacer del mundo en el que vivimos nuestro mundo. Da igual que nuestros bolsillos estén vacíos, pues nuestra  cabeza está llena de cosas que queremos decir y nuestro corazón repleto de historias que contar y de deseos que hacer realidad...

Quizá estáis algunos ya pensando "yo no soy así" "te equivocas, realmente estoy hecho/a una mierda" o "ojalá fuera así como dices y no un inseguro/a de mierda"... Bien, a quienes piensen eso último, a ellos, es a quienes me quiero dirigir. Pues los otros se que no necesitarán palabras algunas, pues tienen su bendita arrogancia. Que ojo, no quiero decir que sea mala, es más, puede que un poco de arrogancia, con determinación y un único motivo por el que luchar, alguien, por imposible que le pueda parecer, puede lograr cualquier cosa.

Pero como iba diciendo, aquellos que estando en esa preciosa edad, no se sienten los amos de su destino, deben saber que por muy lejanos que parezcan los setenta años, no hay que esperar a que lleguen tiempos mejores. No hay que esperar a que las cosas se solucionen con el tiempo y mucho menos hay que dejar de hacer algo porque te parece una estupidez o "ya tendrás tiempo para hacerlo en otro momento"... Es ahora o nunca, amigo. Así de simple. Yo tuve mi etapa depresiva, como todos o casi todos. Aquella etapa en la que parece que el mundo te envía un teniente hijo de puta que hará lo imposible para que no veas ni el más mínimo rayo de esperanza en tus proyectos. Coge tu optimismo y lo vuelve contra ti. Pegándote una paliza tras otra hasta que te haya quedado claro que ese teniente cabrón, enemigo de la estupidez, el orgullo, la ambición, la música alta y todas esas cosas que nos conciernen a los dieciocho, es quien manda.

¿Pero por ello hay que rendirse? Por favor, no me seas llorica. Tú fuiste quien creó a ese capullo. Tú y solo tú, puedes librarte de él. Así que, ¿a que esperas? Eres joven, eres fuerte. Y tienes aún muchos sueños que cumplir. Quizá demasiados, pero al menos logra que la gran mayoría no sean sueños si no increíbles historias que puedas contarles a tus nietos. Historias reales de como conseguiste lograr aquello que tan imposible te parecía, de las estupideces que cometiste y de lo bien y orgulloso que te sientes ahora de haberlas cometido. Querido lector, seguramente seas un jovencito o jovencita al que le empezó a crecer la barba o bajar la regla hace tres años. Así que, qué, ¿te vas a poner los pantalones de una vez? si no comienzas a ser lo bastante mayor como para que se te suban los humos, ¿cuándo los serás? Deja de quejarte de lo negra que es tu vida y alégrate de los grandes momentos que te quedan por vivir. Pisa el acelerador a pesar de todo lo que la gente te pueda decir, esa es mi idea. Saborea todos aquellos momentos de felicidad inolvidables y aprovechemos nuestra vida ahora, no mañana ni pasado.

Ya habrá tiempo en el asilo para lamentarnos.



"Un día despertarás y 
ya no habrá más tiempo 
para hacer las cosas 
que siempre has querido hacer. 
Hazlas ahora."

viernes, 26 de julio de 2013

Hay dos tipos de secretos.

Existen dos tipos de secretos. Secretos de la boca y secretos del corazón.

La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto mas los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.

Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuanto más se los guarda, más pesados se vuelven.


Y en verdad, es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Y allí se quedan, volviéndose cada vez mas pesados, enconándose. Hasta que, con el tiempo, terminen por aplastar el corazón que los sostiene.

martes, 9 de julio de 2013

Amamos lo que amamos.

He oído lo que los poetas escriben sobre las mujeres. Componen rimas y rapsodias, y mienten. He visto a marineros en la orilla contemplando en silencio la lenta ondulación del mar. He visto a viejos soldados con el corazón de cuero que derramaban lágrimas al ver los colores de su rey ondeando al viento.

Creedme: esos hombres no saben nada del amor.

Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse una moneda en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto...

viernes, 28 de junio de 2013

Ante las fauces del lobo (El comerciante quiriano.) (14)

Llegaron a Thairum. El pueblo donde supuestamente encontrarían a quien podría ayudarles a encontrar las respuestas a todas sus preguntas sobre lo pasado los últimos días. Preguntaron durante un día entero por ese tal Nar. Pero resulta, que los habitantes de Thairum eran muy reacios a hablar con extraños. Al menos, tenían una cosa clara. Nar no estaba en el pueblo, o al menos, no era el dueño de la gran cabaña que divisaron el anterior día desde la colina.
Pasadas unas horas, cuando nuestro grupo estaba cansado de preguntar sin obtener nada útil y ya habían desistido por hoy, un comerciante quiriano, una raza similar a la humana pero con unos característicos ojos color morado y una estatura de no mas de metro y medio, se les presentó de repente en la plaza del pueblo con su carro tirado por burros.

-Es muy raro ver quirianos por aquí, tan cerca de los dominios humanos. -le dijo amablemente Kësler mientras hacia sombrilla con su gran mano para taparse del sol y ver mejor al pequeño quiriano.

-Me presento, me llamo Irvin Kennhet Lloyd, soy comerciante, eso supongo que ya lo habrá deducido usted mismo. Son malos tiempos para la venta ambulante. Los caminos son cada vez más peligrosos y la gente no está dispuesta a aceptar la subida de los precios. La necesidad me ha llevado a acercarme, quizá demasiado, a los reinos humanos, Pronto cogeré otro rumbo, no quiero toparme con los hijos de Eva. Pocos son los que han visto otra raza a parte de la suya y al verla, siempre se alarman terriblemente, como si estuvieran delante de un demonio. Es como si viviesen en una cúpula que les separa del mundo real. Parece mentira que vosotros los Albhed podáis camuflaros tan bien entre los humanos.

-Esto... bueno, Irvin. ¿Puedo llamarte Irvin?- Preguntó educadamente Kësler

-¡Claro! -Respondió amablemente el comerciante.- Todos mis amigos me llaman Irvin, y tenéis pinta de ser buena gente, así que encantado.

-Gracias, lo mismo digo. Eres comerciante, debes estar al tanto de todo lo que está pasando, ¿no es así? A cerca de la guerra civil Albhed me refiero.

-Claro que estoy al tanto, es una pena. Y nos gustaría ayudar, nadie quiere que ese tal Zatox se haga con el poder. Es peligroso. Pero mi familia sería ridícula en un tipo de guerra como esa. No pintamos nada. Los quirianos no hemos nacido para luchar, si no para viajar y comerciar. Ya lo sabes.

-Sí, lo sabemos. Seguramente ese será otro de los motivos por el cual estés aquí, ¿no es así, Irvin?- Interrumpió Nhix

-Podría ser. Pero bueno, si sois guerreros del bando rebelde podría ofreceros algo. -Irvin empezó a revolver en el macuto de su carro- Tengo hilo de tripa, tinta negra, aguja, pergaminos, alcohol medicinal, vendas, un cinturón de hebilla de plata, unos cuantos ponchos muy útiles ya que imagino que os dirigiréis al norte, y una hermosa capa con capucha perfecta para viajar por los caminos. ¿Os interesa algo?

-Te doy siete peniques y medio real de plata por el alcohol medicinal, las vendas y el hilo de tripa. -dijo Kësler apuntando al macuto de quiriano.

-Intentaría regatear un poco, quizá incluso hasta el real y medio. Pero la verdad es que poco he conseguido vender últimamente y me habéis caído bien. Acepto. -accedió con una amplia sonrisa Irvin

-¿Podría dejarme ver esa capa? -preguntó tímidamente Kate- Parece muy bonita.

-¡Ohh! Os habéis traído una humana, no me había fijado Es hermosa. Parece fuerte. Claro que te dejo ver la capa, ¿Como te llamas?

-Gracias, me llamo Kate. hay más humanos, vengo con mis amigos Fred y Jhon. -los señaló- Kësler y su hermana nos han ayudado mucho y viajamos con ellos. -dijo Kate con cierto tono de orgullo.- La capa... me encanta. ¿Cuanto cuesta?

-Cuatro reales de oro. Es de una tela buenísima. Pero eres las primera humana con la que puedo mantener una agradable conversación y no ha salido corriendo gritando que soy un demonio, así que te la regalaré. -Irvin le entregó la capa a la joven humana mientras escudriñaba con la mirada a Fred y Jhon.- Y decidme, que andáis buscando? aunque supongo que vais a alistaros al ejercito rebelde, ¿me equivoco?

-No, nosotros vamos algo por libre, ahora mismo buscamos a un anciano, Nar. Decían que estaba en este pueblo. -le contestó Nhix mientras masticaba una manzana que acababa de arrancar de un árbol cercano.

-Hmmm.. os llevaré hasta Nar. Lo cierto es que no vive en el pueblo mismo. No obstante suele pasarse todos los días, pero todos lo toman como un viejo loco y a veces lo tratan mal. Hoy no vino, ayer un guardia le tomó como un mendigo y le pegó varias patadas en el estómago para que se fuera de la plaza. Menos mal que yo estaba cerca para socorrerle y llevarle a casa.

-Muchas gracias por todo Irvin. Sería todo un placer. -dijo Kësler inclinándose a modo de reverencia mientras se levantaba del banco en el que seguía sentado

lunes, 17 de junio de 2013

Transformación indebida.

Hay muchos momentos duros en nuestra vida. Algunos tan terribles como para hacernos perder la cabeza por un momento, o necesitar meternos en una burbuja construida con nuestra propia agonía para protegernos del resto del mundo. Pero sobrevivir a la vida después de la lucha, es la parte verdaderamente dura. Levantarse cada mañana sin nadie más que a la soledad como única compañera, ser un héroe al que nadie recuerda, la gloria se evapora, y lo único que queda es la memoria de toda una vida teñida de sangre. Toda una vida matando lobos para salvar ovejas. Hasta que te das cuenta de que de tanto matar lobos...


Te  has acabado convirtiendo en uno.

miércoles, 12 de junio de 2013

Metáfora.

"-Una tarde, cuando era niño, me pasé una hora persiguiendo el arco iris. Me perdí en el bosque. Mis padres estaban desesperados...
Yo estaba convencido de que podría atraparlo. Creía ver el sitio donde tocaba el suelo... 

Contigo me pasa lo mismo.."

viernes, 24 de mayo de 2013

Ante las fauces del lobo (Un agradable día.) (13)

A primera hora de la mañana el grupo salió de su escondite y se preparó para partir al pueblo que según las indicaciones de Jhon estaba al otro lado de las colinas. La inseguridad y el miedo se reflejaba en el las caras de todos. Pero necesitaban hacerlo. Necesitaban encontrar una solución para al menos, prevalecer tras toda esta locura.

El viaje hasta el pequeño pueblo no fue excesivamente largo. Pero sí muy aburrido. Todo era yermo, no había rastro de vida y mucho menos de que pudiera haber un pueblo cerca. No obstante, no había otra opción; así que solo quedaba seguir caminando. Horas después, llegaron a la cima de aquellas colinas que ese Ser o lo que fuera les indicó. Al otro lado, podía verse un paisaje totalmente distinto. Se trataba de un verde valle, con un riachuelo, un molino de agua junto a una gran cabaña y un montón de pequeñas casas desperdigadas a lo largo del curso del río. ya que aún era temprano, hicieron una pequeña parada para descansar y comer algo antes de bajar al valle.

-Tuviste suerte, granuja. -le dijo Kësler a Jhon esbozando una sonrisa.- ¿Será este el pueblo del que hablas?

-Tiene que serlo, no cabe duda. Allí deberíamos encontrar a ese tal Nar. -señalando Jhon a la cabaña principal con el dedo indice- venga, no perdamos el tiempo.

-Espero que este viajecito haya merecido la pena. Me arden los pies... -se quejó Nhix

-No te arderían si no te hubieras puesto como una loca persiguiendo a ese conejo por el camino. Y al final ni lo cazaste. No me puedo entiendo como llegaste a conseguir el premio a la mejor cazadora en el campeonato juvenil. -le reprochó Kësler

-Deja ya de burlarte de mi... ese maldito conejo tuvo suerte. Otro día cualquiera lo hubiera cazado de una sola flecha y sin mirar. -se defendió la joven Albhed.- ¡Dios mío, por favor quiero llegar ya! Necesito una ducha...

-Sí, bueno. No te quejes tanto, esto es mucho mejor que aquel jodido agujero... Al menos nos da el sol. Allí solo era suciedad y fría roca. -le cortó Fred mientras comía su trozo de su pastel de carne

-Lo que faltaba. Ahora hasta los niños se ríen de mí. ¿Ves lo que se consigue cuando dejas que los humanos cojan confianza, hermanito?

-Come y calla. O vendrá el conejo que no has podido atrapar a robarte la comida también. -le espetó con un aparente tono firme su hermano mayor

-¿Pero qué? ¡Deja de estar de su parte! y tú, ¡Te he visto! ¡Devuélveme mis manzanas! -gritó Nhix mientras se transformaba en lobo y perseguía a Jhon ya transformado y con e macuto de manzanas de Nhix entre los dientes

-No puede ser... -comentó entre risas Kate a Kësler que lo tenía a su lado- Inmaduros...

-Déjales, nunca viene mal desconectar un poco de todo. Que disfruten de este agradable día. -le respondió Kësler mientras le daba un mordisco al trozo de pastel de carne de Nhix.- ¿Un poco?

-No, gracias. No tengo ganas de huir por el bosque con esa fiera persiguiéndome por haberle dado un mordisco a su pastel de carne robado. Pero si me voy a practicar unos tiros con Fred, ¿Te vienes?

-Sí, ¿por qué no? Intenta no abusar mucho, maese Kate. -dijo Kësler con tono burlón mientras se levantaba y dejaba los restos del pastel de carne en el sitio.

lunes, 20 de mayo de 2013

Si quieres saber quien eres...

- Ya lo dijo un sabio. no hay hombre valiente que nunca haya caminado cien kilómetros. 
Si quieres saber quién eres, camina hasta que no haya nadie que sepa tu nombre.Viajar nos pone en nuestro sitio, nos enseña más que ningún maestro, es amargo como una medicina, cruel como un espejo. Un largo tramo de camino te enseñará más sobre ti mismo que cien años de silenciosa introspección

jueves, 16 de mayo de 2013

Discusiones.

El siguiente texto, 
se trata de un pequeño fragmento de "Las crónicas del asesino de reyes"
que bueno, es sencillamente fascinante
y tuve la necesidad de plasmarlo en el blog.
Vosotros diréis que tal.





–Verás, existe una conexión fundamental entre lo que uno parece y lo que uno es. Todos los niños Fata lo saben, pero vosotros, los mortales, no lo veis. Nosotros sabemos lo peligrosas que pueden resultar las máscaras. Todos nos convertimos en lo que fingimos ser.

Cronista se relajó un poco, pues pisaba terreno conocido.

–Eso es psicología elemental. Si vistes a un mendigo con ropa lujosa, la gente lo trata como a un noble, y el mendigo está a la altura de lo que esperan de él.

–Eso solo es la parte más pequeña -replicó Bast-. La verdad es mucho más profunda. Es… -Bast se atascó un momento-. Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Siempre. Continuamente. Esa historia es lo que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia.

Cronista arrugó la frente y despegó los labios, pero Bast levantó una mano.

–No, escúchame. Ya lo tengo. Conoces a una chica tímida y sencilla. Si le dices que es hermosa, ella pensará que eres simpático, pero no te creerá. Sabe que esa belleza es obra de tu contemplación. – Bast se encogió de hombros-. Y a veces basta con eso.

Sus ojos se iluminaron.

–Pero existe una manera mejor de hacerlo. Le demuestras que es hermosa. Conviertes tus ojos en espejos, tus manos en plegarias cuando la acaricias. Es difícil, muy difícil, pero cuando ella se convence de que dices la verdad… -Bast hizo un ademán, emocionado-. De pronto la historia que ella se cuenta a sí misma cambia. Se transforma. Ya no la ven hermosa. Es hermosa, y la ven.

domingo, 5 de mayo de 2013

Dos cosas para dominarlo todo.

-Es un mundo sin igual, es magia. Puedo hacer lo que me de la gana; pues controlo todo desde arriba.
Puedo crear a quien me plazca, y transformarle también en lo que desee. Poseo dos instrumentos básicos para ello.

Para crear edificios, personas, para crear animales, plantas y futuros. Puedo crear pasados y tornarlos a mi manera. Puedo manejar la humanidad con estos dos instrumentos. Puedo hacer que se desate una tercera guerra mundial, y todas las guerras mundiales que a mí me apetezcan. Puedo hacer que reine la paz, y que las guerras jamás hayan existido. También puedo hacer que alguien se enamore de otro alguien, aunque ese amor no sea correspondido. Y también, puedo hacer que pasen toda su vida juntos, e incluso su no-vida.
Con estos dos instrumentos, puedo manejar a las personas a mi antojo. Es... mi humanidad personal. Y dentro del abrazo de estos dos entes personalizarla a mi gusto.

Si quiero puedo hacer que tú no existas, o incluso, ¿por qué no? que no existiera ni yo. Puedo hacer que no hubiera pasado lo que ha pasado, y puedo hacer que pase lo que no está por venir. Puedo transformar el mundo en un inmenso jardín, o en un desolador infierno.

Puedo ser el hombre más rico, poderoso, guapo, y masculino del mundo, o también puedo ser, dentro del poder de estos dos artefactos, un triste mendigo que acaricia la muerte entre botellas de alcohol y miserabilidad.

- ¿Pero cuales son esos dos instrumentos?

- ¿Que cuales son? Un bolígrafo y mi imaginación.

-Zstuk

domingo, 28 de abril de 2013

Imposible de olvidar.

Cuando aquel muchacho dijo con los ojos apagados: "Ya la olvidé", no pudo disimular lo suficiente para que yo, a través de sus ojos viera claramente lo que quiso decir:

"Ella todavía me hace reír cando hablamos, todavía ruego por que regrese y podamos estar juntos. Pienso en ella todas las noches; recordando lo que teníamos y lo que pudimos haber tenido. Sigo pensando en ella, la sigo echando de menos, sigo sufriendo, sigo queriéndola, y sigo amándola con todo lo que tengo. Cuando alguien me dice que ella no me merece, yo respondo que ella sí que me merece, y a veces pienso que en realidad es que yo no me la merecía, y que por eso nos separamos, aunque sé que no es verdad, o por lo menos creo saberlo... Aún siento celos del chico con quien ahora tontea y aún deseo ser yo el que esté en su lugar, para sacarle una de sus tan hermosas sonrisas. Aún guardo todos los mensajes que me enviaba. Aún tengo sus fotos las cuales de vez en cuando me paso largo tiempo mirándolas. Y aún recuerdo todos y cada uno de aquellos momentos tan especiales que ambos vivimos tiempo atrás.  Definitivamente, no logro olvidarme de ella."

- Anónimo

domingo, 14 de abril de 2013

La celosa Luna.

Apenas le rozaba la piel, a ella se le colapsaba el corazón y ambos caían envueltos en pasiones, en salvajes deseos y en suspiros exasperantes. Cada vez que él rozaba con su boca las comisuras de aquellos hermosos labios, el silencio de la habitación se alteraba con un levísimo gemido. Y entonces, sus cuerpos se enredaban formando uno solo, de cara al éxtasis de la ocasión. Las venas se contraían, iban reduciéndose  hasta el punto de convertirse en finísimos hilos cargados de amor, un amor apasionado. El calor iba emanando cada vez, más y más convirtiendo a los jóvenes cuerpos en una fiesta flamígera donde la ropa...

Bueno, sobraba.

Todo esto, era apenas el principio; porque en cualquier momento ella se encontraría de nuevo sedienta de amor, y podría no volver a encontrarse con su amante. Entonces, con una pícara mirada y un tierno pero explosivo beso ambos se deshicieron de aquellas prisiones de tela que impedían sentirse el uno al otro. Luego, cuando los dos cuerpos volvieron a unirse, algo como el vuelo de un ave libre los rodeó, reconfortándolos, conmoviéndolos. Y de pronto como un ciclón, las hormonas erupcionaban, la intensa fogosidad explotaba en sus corazones, los sentimientos del alma se notaban a flor de piel. Se veía en sus pupilas, se sentía la ternura, cariño e ímpetu de afecto. Temblaba el mundo, el suelo se agrietaba, y todo se resumía en un verdadero sentimiento, en millones de sensaciones, en un calor casi cruel que los llevó hasta el limite de sus alientos.

[...]

Luego, mar y tierra dejaron de agitarse; y los cuerpos de los dos jóvenes terminaron de dar rienda suelta a su pasión contenida. Pero sus corazones, cada uno guardó parte de la llama del otro. Esperando volver a amarse una vez más.

¿Testigos? Uno. La celosa Luna.

viernes, 29 de marzo de 2013

Ante las fauces del lobo (Viejas leyendas.) (12)

Horas después de lo ocurrido con el Bahamut y ya recuperados todos, el grupo buscó cobijo temporal. Estaban en una zona muy montañosa y lejos de sus hogares. Encontraron un refugio temporal en una pequeña cueva que sellaron mágicamente como en la que tenían las armas donde la cabaña. Allí guardaron las provisiones y prepararon las camas, pero no podían quedarse mucho tiempo. Así que decidieron hacer un análisis de la situación para luego partir el día siguiente por la mañana.

-Kendil ha sido arrasada. y nuestra cabaña supongo que también así que debemos buscar cobijo o ayuda antes de caer muertos en este páramo.

-¡Tenemos que volver a Kendil! mi familia está allí y la de  Kate, y la de Jhon. No podemos olvidarnos de ellos. ¡Hay que volver! -Dijo Fred

-No Fred, no podemos. No sabemos si ese bicho sigue por ahí cerca buscándonos y además no nos serviría de nada llegar para verlo todo calcinado. Hay que encontrar la forma de matar a esa cosa, de vengarse. Y muertos no hacemos nada. -Le paró Jhon muy fríamente.

-¡Como puedes decir eso! ¿Acaso te da igual que hayan destruido nuestras casas? ¿Nuestras vidas? ... Desde que te puedes transformar y toda esa mierda ya no eres el mismo... -Saltó Fred con rabia.

-¿Que no soy el mismo? ¿Cómo quieres que sea el mismo? ¡Claro que no lo soy! Antes era impulsivo, hacia locuras. Ahora tengo esa cosa dentro de mi que si me descontrolo podría matarte incluso. El hecho de que no te haya matado aún es porque dejé de ser el mismo. Así que deja de recordármelo. -Le cortó Jhon. -Deberíamos ir más allá de esas colinas. Aquella cosa que nos salvó dijo que preguntásemos por Nar en el pueblo que hay al otro lado.

-Jhon tiene razón Fred. No podemos volver. Lo mejor será ir allí y pedirle consejo a ese tal Nar. Si queréis venganza tendréis que prepararos duramente. Además, ese dragón... Si no recuerdo mal es como el que nos contaban cuando éramos pequeños. ¿Tu te acuerdas? yo hace mucho que dejé de escucharlas. -Le preguntó Kësler a Nhix.

-Tampoco eres tan viejo hermanito. Cuando eramos pequeños nos contaban esa historia para que no alborotemos demasiado y nos durmamos pronto. No paraban de repetírmela porque era muy revoltosa. La historia decía que había dos dragones eternamente enfrentados Rorazan. Brionac, el guardián helado y Bahamut, el tirano. Los Albhed sufrían duramente esa guerra pues la lucha de los dos dragones arrasaba los campos y calcinaba ciudades enteras. Ninguno de los dos vencía y la batalla duro años y años. La raza Albhed corría peligro de que se extinguiera y el mundo era un completo caos. Pero de repente, un tercer dragón emergió de la tierra y derrotó a Brionac y Bahamut. Los cuerpos de los dos dragones fueron sellados para evitar que vuelvan a despertar. Uno en alguna parte de Frostgard y otro en lo más alto del pico del trueno. Tras poner fin a todo. Los antiguos Albhed pidieron al dragón que les ayudase en la reconstrucción del planeta. Y entonces, un meteorito cayó en el mar muy cerca de la costa. De aquel meteorito salieron un hombre y una mujer. No eran Albhed pero se parecían mucho. Eran los primeros humanos. Repoblaron la tierra y durante años convivimos juntos. Pero poco a poco fuisteis ganándonos terreno y alejándoos de nosotros. Algunos de vosotros os dedicabais a cazarnos con vuestra avanzada tecnología, y otros simplemente nos evitabais. Y bueno, esa es la leyenda. De como se supone que aparecisteis y de la batalla entre Brionac y Bahamut.

-Entonces, ¿ese tercer dragón ha revivido y nos quiere matar? ¿Por qué? -Preguntó Kate

-No no, ese era Bahamut. Seguramente Zatox encontró el modo de invocarle y controlarle con los poderes de la nigromancia. -Le respondió Nhix

-Y como se llama ese tercer dragón, ¿no podemos invocarle nosotros? -Volvió a preguntar la chica

-Se llama Antaras. Pero es imposible invocarle la historia dice que solo emerge cuando la tierra le necesita. -Aclaró Kësler, que jugaba entretenido con su amuleto.

-Entonces tenemos que encontrar el modo de invocar al otro, al de hielo. Y seguro que ese tal Nar sabe cómo. -Intervino Jhon

-No estoy seguro, pero es lo mejor que podemos hacer. Así puede que consigamos las respuestas. Además se supone que ese tal Nar conoce a aquello que nos salvó de Bahamut. Ahora a dormir. Al amanecer cruzaremos los montes, yo haré la primera guardia. -Terminó Kësler.

martes, 26 de marzo de 2013

Ante las fauces del lobo (Los elegidos.) (11)

El día empezaba aparentemente normal en Kendil. Bueno, dentro de lo que podía entenderse como normal cuando toda una población de Albhed en las inmediaciones estaba preparándose para luchar contra el ejército de Zatox. Kate Jhon y Fred desayunaban en silencio. Estaban involucrados en una guerra que no era la suya, junto a una raza extraña y poderosa la cual desconocían todo sobre ella, y ahora veían lejos sus hogares. Lo que ellos aún no sabían  es que esos hogares y todo lo relacionado con su pasado desaparecería en cuestión de horas pues el Bahamut estaba de camino a Kendil en busca de la vieja espada de Zatox y la muerte de Kësler y su grupo.

Tras el desayuno, Kate Fred y Jhon volvieron a su ya rutinario entrenamiento con las nuevas armas. Pero había algo raro. Los pájaros que siempre revoloteaban por el claro del bosque donde Nhix y Kate practicaban con el arco hoy no estaban. Tampoco se oían a los grillos chirriar como todas las mañanas. Ni siquiera se percibía signo alguno de vida animal en las inmediaciones. Solo las ramas crujir a causa del viento y el débil sonido del agua bajando por el arroyo. 

De pronto, aquel leve sonido armónico que acompañaba la misteriosa calma, se detuvo por unas milésimas de segundo creando un silencio total y absoluto que se rompió con un gran estruendo procedente de Kendil. De un salto, Nhix trepó a los árboles para saber que estaba pasando y entonces vieron aquella columna de humo sobre la pequeña ciudad acompañada de una sombra alada en el cielo.

-¡¡¡DRAGÓN!!! -gritó Nhix. -¡Todos a la cabaña, coged provisiones y vuestras armas, hay que salir de aquí!

-Nhix, ¿qué pasa? ¿qué era eso? -Preguntó Fred aterrorizado.

-¡No hay tiempo, hay que salir de aquí antes de que nos encuentre! - le contestó la Albhed agitada. -¡Corre o estaremos todos muertos!

-Me pararía a explicároslo yo mismo. Pero muertos no servimos de nada. Así que vamos a la cabaña y marchémonos lo antes posible. -Dijo Kësler a los chicos.

Kate y Jhon no entendían bien lo que pasaba pero no les quedaba otra que confiar en los Albhed ya que no podían volver a casa. Tras recoger algunas provisiones, las vestimentas guardadas en la pequeña gruta de Kësler, el viejo mapa y las legendarias espadas, el grupo decidió ir al sur de Kendil, en busca de más fieles a la resistencia Albhed  que les sirvan ayuda y cobijo. Pero al poco tiempo de partir, una terrible ráfaga de viento les tumbó y milésimas después, la enorme figura del Bahamut se presentaba ante los ojos de Jhon y los demás. El gran dragón tenía los ojos clavados en Kësler. El Albhed le sostenía la mirada al este mientras se incorporaba lentamente ya transformado en esa especie de gran lobo negro. Por dentro, Kësler sabía que no había nada que hacer; se encontraba ante la muerte misma, pero no podía quedarse sentado sin hacer nada. Al mismo tiempo que el dragón, ya cargaba su siguiente ataque, un enorme resplandor blanco cegó monstruo alado desviando la trayectoria de la llamarada. Luego, una silueta misteriosa rodeó al grupo aún cegado por el resplandor y lo teletransportó a unas colinas del oeste, lejos de los ojos del Bahamut.
Todo había ocurrido demasiado rápido y el grupo entero cayó inconsciente. Menos Jhon.

-¿Quién eres? ¿Qué...qué ha pasado? -Preguntó Jhon aún ciego

-No importa quien sea. Os acabo de salvar del Bahamut eso es todo. -Dijo aquel misterioso personaje

-Pero.. ¿Dónde estamos? -Volvió a preguntar Jhon.

-En Aish-jadar. Al otro lado de esos montes hay una pequeña aldea fácilmente visible. Id a ella y preguntad por Nar. Es el sabio. Él os espera, tendréis cobijo pero no os acomodéis demasiado porque cuando estéis preparados partiréis hacia el norte, a Frostgard.

- ¿Cómo puedo fiarme de ti si ni siquiera se tu nombre?

-Os salvé la vida. Nar os dará respuesta a todas vuestras preguntas, sois los elegidos, que menos. Ahora, salva Rorazan...

La silueta desapareció acompañada de otro destello de luz y Kësler y los demás se despertaron de la conmoción. Aquel ser... ¿Por qué les salvó? ¿Lo que dijo, será verdad? ¿Los elegidos? Sea lo que sea, están en deuda con aquello que les salvó así que habrá que dirigirse al otro lado de los montes de Aish-jadar y buscar respuestas a todo aquello.




miércoles, 13 de marzo de 2013

Historias de idiotas.

- ¿Qué te pasa?

- "¿Qué me pasó?", sería mejor. Pasó que dejé de ser un loco soñador, para convertirme en un pobre imbécil. hasta el cuello de mierda y por puro gusto, que es lo peor. Pasé de ser aquel chaval tranquilo que siempre veía el lado bueno de las cosas, a un canalla que se entretiene burlándose de la vida y respondiendo con cínicas palabras. Pasé de ser una ingenua sonrisa a una mueca amarga. Simplemente dejé de ser yo. Por el maldito motivo que fuese.

- No digas eso, sigues siendo el mismo aunque no lo creas. ¿Acaso, nunca más volverás a luchar por algo?

- Seguiré diciendo lo de siempre. "Nunca digas nunca" y todas esas tonterías..  supongo que jamás dejaré que el pequeño soñador desaparezca por completo. Aunque me temo que solo estoy retrasando lo inevitable..

- Pero... no entiendo. ¿Qué te hizo esto? 

- Eso es agua pasada. Agua que prefiero no remover jamás, la verdad. Aunque a veces me es imposible evitar to aquello; mi cabeza vuelve atrás en el tiempo para recordar. Como un idiota o más bien como un zombi que vaga confundido por el mundo. Quizá en busca de la felicidad; para revivir bellos tiempos pasados; o simplemente porque soy sencillamente un maldito idiota.

[...]

- ¿Sabes qué? Tienes razón. Pero en una cosa en particular.

- ¿En qué?

- En que eres idiota. Bastante, además. Pero lo mejor es que creo a ese idiota. Y se que no has cambiado, porque te conozco y muy a tu pesar, te sigo queriendo.

domingo, 10 de marzo de 2013

Ante las fauces del lobo (Acaba con ellos.) (10)

- Amo, ¡Las posibilidades de que salgamos con vida de aquí son casi nulas! ¿Por qué quiere usted despertar al Gran Destructor? ¡Nos matará a todos!

- Te equivocas. Probablemente os mate a vosotros. Pero a mi no. Lo tengo todo previsto. Esos pobres Albhed no se lo esperarán. Terminaremos con ellos antes del siguiente amanecer tras invocar al Bahamut.

- Pero señor, ¿Por qué tanta obsesión en matar a dos Albhed y tres humanos tan lejos del campo de batalla? Vayámonos de aquí, se lo suplico

- ¡Cierra el pico! Tienen algo que es mio. Y pienso recuperarlo. Con ello, la victoria estará asegurada, y no tendremos rival alguno.

- No entiendo porque necesitamos al Gran Destructor para acabar con ellos mi señor. Son muy pocos y débiles, con una patrulla de quimeras valdría

- ¡No me digas que tengo que hacer y que no! ¡Y cierra la maldita la boca! Conozco a esos Albhed, son hijos de Xylon. No hay que bajar la guardia con ellos. Además nos vendrá bien la ayuda de uno de los 3 grandes dragones; solo hay que darle lo que quiere. Ahora haz como te enseñé y ordena a los capturados que preparen todo a la perfección junto a esa roca. Cuando aparezca no te muevas hasta que yo te lo diga.

- Sí mi amo.

Scragy hizo todo como Zatox le ordenó y segundos después de que este soplase el cuerno, un rayo cayó sobre la zona del ritual friendo a los prisioneros que había capturado para el sacrificio. Luego, una figura, acompañada de un fortísimo viento se apareció sobre las cabezas de Scragy y Zatox. El súbdito de Zatox, aterrorizado; desobedeció al nigromante e intentó correr montaña abajo pero el Bahamut tardó menos de un segundo en descargar una llamarada sobre Scragy reduciendo a este a cenizas. Zatox, mientras, miraba fijamente al Bahamut inmóvil mientras susurraba algo en una extraña lengua. De repente, el dragón descendió y se acercó hasta situarse escasos centímetros del Albhed nigromante. Esté, envuelto en un aura negra, dio un potente grito al tiempo que de sus ojos salía un destello azul oscuro que se conectaba con los ojos de la temida bestia.. Luego, tres palabras hicieron falta para que el gran dragón desapareciese en el cielo de nuevo, rumbo a Kendil. "Acaba con ellos."


jueves, 28 de febrero de 2013

Relistas & Soñadores

"Lo normal seria que los soñadores se junten con soñadores y los realistas con realistas. Pero curiosamente no es así. Esto puede ser porque los soñadores necesitamos a los realistas para no dejarnos volar tan cerca del sol. Y los realistas, bueno, sin los soñadores podrían no despegar jamás."

miércoles, 20 de febrero de 2013

Tinta en la sangre.

"Aunque la lluvia empape mis ya deteriorados sentidos; aunque el granizo golpee mi maltrecho rostro; por mucho que el sol abrase mi piel; o incluso, aunque toda la tinta vertida en sufrimiento causante de historias grabadas en papel se evapore...


jamás dejaré de escribir".

domingo, 17 de febrero de 2013

Ante las fauces del lobo (Duro porvenir.) (9)

Tras largos días intentando convencer a Kësler y a Nhix de que estos les enseñen a Jhon, Kate y Fred a usar armas; hoy iba a empezar el verdadero entrenamiento para los jóvenes humanos. Nhix era una experta de las armas de largo alcance y de las dagas. Así que decidió entrenar a Kate en base a esas aptitudes que tanto dominaba la bella Albhed. Por otra parte, Fred y Jhon fueron entrenados por Kësler. Que como ya experimentó Jhon, el viejo Albhed era un gran instructor. Tras horas escogiendo un arma adecuada para cada uno Fred se interesó en especial por unas pequeñas espadas anchas con cadenas y un gancho en el lado opuesto del filo de la hoja. Era sorprendente como el chico se desenvolvía con un arma tan complicada como lo era aquella... Jhon, que tras semanas de duro entrenamiento para controlar su forma de lobo ya sabía modificar partes de su cuerpo únicamente sin perder el control. Eso le proporcionó la ventaja de no depender tanto de las armas por lo que se decantó por el estilo de combate con dos espadas cortas.

Mientras que el grupo de Kësler se preparaba para la guerra, a muchos kilómetros de las afueras de Kendil, Zatox, con más poder que nunca tras ser absorbido por las artes de la nigromancia y con todo un ejercito de lobos mutantes que se asemejaban más a grandes quimeras, invocados mediante  ritos oscuros; se desviaba de su trayecto de destrucción dirección sur para adentrarse en los colinas tormentosas, mas allá del gran páramo de Ettin. Allí, en lo alto del pico del trueno, Zatox busca invocar a una de las bestias mitológicas más temidas. Al más violento de los 3 grandes dragones, al Bahamut. Capaz de reducir una ciudad entera a cenizas.

Los oráculos del trono del viento son conscientes de la destrucción que ocasionará esta gran guerra, donde  las esperanzas son pocas para la resistencia Albhed y aún más escasas para los humanos de todo el continente de Rorazan...
Si la resistencia cae, ya no habrá amanecer para nadie.

domingo, 3 de febrero de 2013

La simple realidad.

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...

Y dicen que hay un segundo amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejareis de intentarlo.. Os rendiréis y buscareis esa otra persona, que acabareis encontrando. Pero os aseguro que no pasareis una sola noche sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez mas... Todos, o casi todos, sabéis de qué estoy hablando. Porque seguramente a la inmensa mayoría le ha pasado algo parecido u os ha venido el nombre de ese doloroso amor a la cabeza.

Os librareis de él o de ella, dejareis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz y calma en vuestra cabeza, pero os aseguro que no pasará un día en que en lo mas hondo de vosotros, deseéis que estuviera ahí, con vosotros, para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien verdaderamente amas, que haciendo el amor con alguien a quien simplemente quieres.
-Paulo Coelho

martes, 29 de enero de 2013

Ante las fauces del lobo (Saicere y Delirio) (8)

El viejo Albhed bajó del gran árbol situado a unos metros de la cabaña, y donde desde aquella noche, iba todas las mañanas a meditar. Caminó con aire fugitivo, sigilosamente por el bosque hacia una extraña roca cubierta por el musgo. En ella, dibujó un extraño símbolo, y un par de segundos después, el símbolo brilló . tenuemente. La roca empezó a desplazarse dejando ver una pequeña entrada a una cámara en la cual en el centro había un atril con un libro polvoriento y mapa extendido; a un lado, cantidad de vestimentas de distintos tamaños y tipos. Curiosamente todas de color verde oscuro con distintivos rojos y una insignia de la cara de un lobo;  y al otro lado de la pequeña cámara, en la pared, gran variedad de armas. Espadas, ganchos, cuchillos, lanzas, arcos... Pero hay algo que destacaba sobre todas las cosas en la instancia. Se trataba dos misteriosas y bellísimas espadas. Estas se encontraban cruzadas, solitarias en la pared del fondo. Imponentes. Se trataban de Saicere y Delirio. Las espadas del tío y del padre de Kësler y Nhix. Espadas con las cuales lucharon en su última batalla los dos poderosos Albhed y con las cuales se forjó la leyenda entre la raza. Saicere, también conocida como la guardiana del silencio; de blanquísima hoja, adornada con dos gemas verdes a ambos lados de la negra empuñadura, casi parecía que la propia espada te observaba paciente a su quizá, esperado visitante. Delirio, con una extraña hoja de color negro metálico y borde plateado, una empuñadura rojo sangre y como adorno, una única piedra amarilla al final del pomo. La conocían como la castigadora de la noche.
Ambas espadas marcaron el final de una guerra civil de dimensiones extraordinarias. Espadas que empezaron luchando juntas para terminar enfrentadas en el combate mas recordado por los viejos Albhed. Las espadas de Zatox y Xylon.

Mientras Kësler observaba pensativo aquellas dos obras de arte, Kate, que se había despertado y sigilosamente siguió al Albhed, entró también. Esto alertó tanto al Albhed que casi arremete contra la joven. Al ver que se trataba de la amiga de Jhon, Kësler se relajó, caminó hacia Kate y le contó la historia sobre la antigua guerra civil entre los Albhed, guerra que terminará repitiéndose muy pronto.

-Entonces esas espadas viejas de ahí al fondo pertenecieron a tu padre y a tu tío, ¿No es así? -preguntó Kate

-Sí, la negra era de mi tío Zatox, la blanca de mi padre Xylon. Cuando ambos desaparecieron tras su duelo, solo quedaron las dos espadas y este medallón que probablemente se le haya caído a mi padre durante el combate. Nada más. -Le contestó Kësler a Kate mientras acariciaba el medallón que acababa de sacar del bolsillo

-¿Y toda esta ropa tan medieval? tiene pinta de ser mucho más nueva que todo lo que hay aquí. -Volvió a preguntar Kate curiosa

-Verás, Jhon no se convirtió en uno de los nuestros por casualidad. Sabíamos que tarde o temprano acabaría pasando esto e intentábamos adelantarnos a la situación. Entonces estábamos buscando algún recluta apto. Por culpa de las prisas unos cazadores furtivos nos vieron rondar por el bosque y empezaron a buscarnos. Tuvimos que volver pero Nhix fue herida por un francotirador. Escapando, encontró a Jhon por casualidad. Algo le llamó en él para que se arriesgara a marcarle a pesar de las heridas. Luego todo se complicó hasta ahora. Que tenemos dos humanos más con nosotros y estamos a punto de entablar una gran guerra.

-A mí y a Fred nos convertiréis también, supongo -dijo Kate con cierta inseguridad

-No, el proceso es largo y peligroso. Tenemos menos tiempo del que esperábamos. Vosotros no sois detectados por otros Albhed al ser humanos así que nos serviréis de exploradores. Lo siento por meteros en una guerra que no es vuestra -dijo Kësler disculpándose

-No pasa nada, me imagino que no queda otra. Esperemos que esto se acabe rápido al menos... Entonces, ¿Esa ropa? -queriendo cambiar de tema

-Un diseño de combate hecho por Nhix. Representa a nuestra familia. Hicimos tantas para los reclutas también. Coge unos cuantos conjuntos y diles a todos que se los prueben. Ya está amaneciendo, es hora de levantarse y yo tengo que sellar esto de nuevo. Corre. -le dijo Kësler a Kate mientras le daba algunos ropajes y la acompañaba a la salida

-Vale, nos vemos luego, habrá que empezar a entrenar con el arco -se despidió Kate con una sonrisa

-Ahhh... son unos chicos guerreros. Siento como si la esperanza de nuestro pueblo estuviera en sus manos... Confiemos en ellos. -ya solo en la gruta otra vez.

martes, 22 de enero de 2013

Falta de visión.

Es gracioso ver como casi todas las personas (por no decir absolutamente todas, incluyéndome a mi), creen saber de todo, creen conocer un tema a fondo o creen entender mucho de algo. Es gracioso, repito. Y más cuando realmente no tienen ni idea. 

Ahora, en estos preciosos tiempos de crisis por los que pasamos, es muy típico sentarse en una cafetería cualquiera y escuchar las conversaciones de gente de todas las edades. Quejándose de una cosa o la otra. todos creen que su teoría es la más acertada, perfecta y desprovista de fallos. Todos piensan  "si yo estuviera al mando no habría crisis". En fin, sabéis perfectamente de lo que os hablo porque seguro que lo habéis oído ya mas de una vez. Para este tema y para todos. Con todo esto quiero decir dos cosas principales. Nada es como creemos que es y Nadie ve más allá de su ciega y desnutrida mente. Puede que esté siendo demasiado critico, pero a fin de cuentas me gusta presumir de esto. Y más ahora, que ya me cansé definitivamente de ver la misma mierda de todos los días. Un absurdo mundo en el que los unos se creen perfectos y sabios y los otros se menosprecian y caen en un abismo de autodenigración y sumisión. Un mundo en el que a lo largo de la historia, millones de personas adoraron a dioses, mataron por ellos, se sacrificaron por ellos y destruyeron todo atisbo de luz de conocimiento que encontraban. ¡Por el simple hecho de no estar de acuerdo con lo que la mayoría afirma! en serio, tiene su punto cómico después de un tiempo... En fin, la raza humana me ha enseñado en mis escasos 17 años de vida que lo único verdaderamente infinito conocido por la raza humana es la estupidez de esta. Y cuando esto se mezcla con orgullo e incultura; se forma una receta explosiva. Receta capaz de cometer masacres en el nombre de Dios, de quemar a los suyos vivos porque han contradicho "la verdad absoluta" (Amigos... nada es verdad o mentira.. todo depende del cristal con el que lo mires.), de practicar el suicido en masa porque "vuestro líder os ha dicho que ascenderéis a un plano superior", mirad chicos, no es por desmotivaros pero tras la muerte no hay absolutamente nada y no hay futuro más que el que nosotros nos forjamos con nuestros actos. Vive cada día al máximo, porque algún día, sin esperarlo, no volverás a despertarte.

Para colmo de todo esto, no solo los ignorantes están absolutamente seguros de sus creencias. Si no que los sabios, los que no son oprimidos por los peces gordos que les conviene que la gente siga en su ignorancia, están llenos de dudas e inseguridades.

Así pues, pasa que pocas, muy pocas, son las personas que consiguen salir de esa falta de visión. Y siendo sincero, yo no me considero entre ellas. Es más no me considero absolutamente nada, soy un bicho raro. Eso es lo único que sé.

miércoles, 16 de enero de 2013

Ante las fauces del lobo. (La guerra se acerca) (7)

Aún no había amanecido. Todos en la pequeña cabaña descansaban como podían. La noche anterior había sido demasiado dura para todos. Kate y Fred, secuestrados por unos desconocidos de los cuales uno, había acabado con la vida de un hombre ante sus narices; Jhon sufriendo una terrible pesadilla donde recuerda a aquel hombre que asesinó cruelmente; Nhix era la única que dormía plácidamente, pero aun así, sabía que algo malo se acercaba. Y por si fuera poco, por mucho que quisiera negarse el encuentro con el joven Jhon la estaba haciendo débil, y tenia consciencia de que si eso malo acaba ocurriendo, su debilidad sería fatal para todos.

Fuera de la cabaña, subido en la copa de un árbol cercano y observando fijamente el horizonte se encontraba Kësler. En la cabeza del viejo Albhed se estaba librando una gran batalla. Al igual que su hermana pequeña, sabía que la llegada de una poderosa y terrible fuerza se acercaba. Kësler necesitaría gran ayuda para no sucumbir a lo que les espera a él y los demás; por eso, tendrá que decidir si buscar la ayuda de Jhon, Kate y Fred, y por consecuente dejar de ocultar a Jhon todo acerca de ellos y de la Resistencia Albhed, o seguir con su mentira, ya casi absurda, y dejarse vencer por el terrible enemigo cuando llegue el momento.

Ambas decisiones acarreaban grandes riesgos. Y además se encontraban ante el problema de los GRIM que acosaban a Nhix, Kësler y ahora a Jhon en busca de un buen pellizco por la cabeza de unos "mutantes".  Kësler bajó del árbol y se dirigió a la cabaña. Desde la puerta de la pequeña habitación de Jhon, observó al chico y recordó aquella mirada de fuego, aquella seguridad y aquel potencial que había desarrollado el chaval en tan poco tiempo. Luego se pasó por la habitación de Nhix. Esta se encontraba mirando por la ventana desde la cual mas allá de las colinas, en el horizonte, la hermosa loba con su gran vista veía arder un pequeño pueblo, seguramente también de otro grupo de resistencia o simplemente unos obres desafortunados que se encontraron ante Zatox y su compañía. Nhix se giró y miró fijamente a su hermano. Tras una larga conversación ambos tomaron una decisión.

Zatox el renegado, el diabólico, el converso, Zatox el temido cazador; Zatox, su tío, había resurgido de las sombras y había empezado a arrasar los asentamientos que albergaban vida Albhed, cobrándose también vidas humanas. Estaba claro que el juego ha comenzado. No precisamente a su favor, pero aun peor era no jugar.

El futuro de los pocos supervivientes Albhed y el de los humanos estaba en manos de aquellos chicos.

miércoles, 2 de enero de 2013

A mis lectores, feliz año.

Es gracioso. Todos los años la misma historia. Y es que pocas veces cambia. Empieza el año y te propones un montón de cambios, de ideas nuevas, de metas, de sueños por conseguir y problemas a superar....
¿Y por qué? porque quieren ser una persona nueva, una persona diferente con cantidad de cualidades, lujos y logros. Pero lo mejor de todo es que la inmensa minoría consigue tales logros. No se dan cuenta que lo realmente bueno nunca se planea. Nunca ocurre porque tu lo hayas buscado y lo encuentres. Pasa porque vino de improvisto, porque ese recuerdo, ese suceso, te encontró a ti.

Con toda esta palabrería ya común en mi, quiero decir a quien se moleste por leerme que es una completa gilipollez planear un año lleno de cambios. Lo primero, tu eres de una manera determinada y seas quien seas, eres genial así. No cambies por nada. Segundo, recuerda lo que mencioné antes y no planees como un loco o loca tu vida mas que tus metas más lejanas y finales porque como ya dije, lo bueno nunca sucede de manera premeditada. Y tercero, vive cada día del año si mirar los días pasados y no te atrevas a sulfurarte. ni  siquiera por no conseguir lo que te propusiste. Por que por mucho que queramos, a veces, las oportunidades raramente se presentan más de una vez en la vida. Por eso hay que vivir en el presente, hay que disfrutar el día a día.

Este año 2012 fue un año para mi ciertamente curioso. No puedo decir que el mejor porque sinceramente feliz no fui. Pero si que puedo decir que fue el año que más maduré como persona y más me gustó a pesar de los contras que tuvo. Con esto reafirmo que no lo cambiaría jamás como tampoco cambiaré ni me propondré chorradas nuevas para este nuevo año y seguiré viviendo como siempre, el momento.

Os deseo a todos un gran 2013 y que disfrutéis de las pequeñas cosas que os brinde la vida. Pues son las mejores sin duda.

Y gracias por aguantar mis tostones de entradas ;)